La mayoría de los estudiantes de español se acuerdan del momento en que empezaron a aprender el idioma. Se acuerdan del año y, a veces, también del mes. Todos saben cuándo empezaron a estudiar. Lo que no saben es cuándo van a terminar de hacerlo. El aprendizaje de idiomas, de hecho, puede durar toda una vida.
El estudio del español termina donde terminan nuestras aspiraciones. Para una persona, ese objetivo puede ser alcanzar una fluidez conversacional. Poder tener una conversación breve con hablantes nativos sobre temas cotidianos. O, tal vez, viajar a España y recorrer Sudamérica sin tener que recurrir al inglés. Para otra persona, la meta puede ser leer literatura contemporánea o leer a los clásicos en español. Y, para otros, escribir literatura en español.
Para la mayoría de los estudiantes, llega un punto de su aprendizaje en el que empiezan a relajarse y a disfrutar del idioma. En ese momento, muchos dejan de tomar clases, de hacer cursos o de invertir tiempo en el estudio formal. Es entonces cuando dejan de “estudiar” el español. Lo que sigue son simples tareas de “mantenimiento”. Seguir leyendo y escuchando contenido en español con cierta regularidad. Tener conversaciones de forma ocasional con hablantes del idioma.
¿Y cuánto tiempo debería llevarnos alcanzar nuestros objetivos con el español? ¿Seis meses? ¿Un año? ¿Diez años? Esto varía mucho en función del nivel de destreza y habilidad que estemos buscando. Es posible alcanzar cierta fluidez conversacional en unos tres a seis meses. Para leer a los clásicos en español con un alto nivel de comprensión, en cambio, puede que necesitemos varios años de estudio. En cualquier caso, si se trata de una meta significativa para nosotros, no importará tanto el tiempo que nos lleve alcanzarla 🙂.