Uno de los grandes desafíos al aprender un idioma es mantener la motivación. Durante las primeras semanas de aprendizaje esto no es un problema. Tenemos entusiasmo por la novedad y muchas ganas de mejorar. Con el paso del tiempo, sin embargo, esta motivación puede empezar a caer. Y, si perdemos la motivación, es muy probable que terminemos abandonando el idioma. Un modo de evitar esto es ponernos metas de aprendizaje (en este caso, metas de español).

La meta que elijamos debería tener una fecha precisa. Ese es un factor importante que nos ayudará a trabajar todas las semanas para ir avanzando hacia ella. En el mes de julio, podemos pensar en qué queremos lograr cuando llegue el mes de diciembre. Seis meses es un buen período de tiempo para ponernos un desafío y esforzarnos por alcanzarlo.

Y, ¿qué meta de aprendizaje de español deberíamos ponernos? Eso va a depender mucho de cada persona. Algunos ejemplos: poder mantener una conversación de 15 minutos con un hablante nativo, tomar un examen de español, grabar un video de 5 minutos hablando sobre un tema que nos interese. Si tenemos ganas de recorrer Latinoamérica y España, puede que una meta basada en la comunicación (mantener una conversación) nos resulte más motivante que tomar un examen o leer una novela clásica en español. Pero para otra persona puede ser exactamente lo contrario.

Una vez decidas cuál va a ser tu próxima meta de español asegurate de elegir actividades de práctica que te ayuden a acercarte a ella de forma gradual. Todos los días recordá esta meta y preguntate si lo que estás haciendo te está llevando en esa dirección. Si no es así, cambiá las actividades o lo que sea necesario para alcanzar esa meta en el tiempo que te propusiste 😊.

¿Cuál va a ser tu próxima meta de español?